(…) Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un pan
Quien muere por un sí o un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rama invernal
Pensad que esto ha sucedido (…)
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un pan
Quien muere por un sí o un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rama invernal
Pensad que esto ha sucedido (…)
Poema de Primo Levy
Otra
vez coinciden temas con acentos distintos pero con similar contenido.
Recientemente
se realizó en la ciudad de Madrid, un itinerario de memoria y al igual que en
miles ciudades de Europa, se colocaron piedras que interpelan y rompen el
olvido: las Stolpersteine, (*) palabra alemana que designa una piedra en el camino que puede hacer
tropezar al caminante, un adoquín que se instala
frente a las que fueron las viviendas de las víctimas de los campos de
concentración nazis.
Estas
piedras que reclaman y desmontan el olvido se han sembrado en 24 países del
mundo; alrededor de 73.000 de estas piezas evocan a las víctimas del nazismo,
del fascismo y ahora también del franquismo.
Alrededor
de 9.300 españoles estuvieron presos en los campos de concentración nazis, y
más de 7.000 fueron asesinados en ellos.
La instalación
de las stolpersteine fue llevada a cabo por familiares y asociaciones
memorialistas. En algunos casos se ha
solicitado la autorización municipal, y en otros tantos la memoria no ha esperado
permisos para establecer el espacio a quienes el franquismo persiguió,
encarceló, deportó, asesinó….
Mientras
se plantaban los adoquines de 10cm x 10cm con los nombres de los inolvidables, en
Zaragoza el día 2 de mayo, el Partido Popular realizó una proposición que fue
secundada por el PSOE y Ciudadanos, instando al Ayuntamiento de esa ciudad que
se revoquen los acuerdos adoptados con el Gobierno de la ciudad de Zaragoza, de
cambiar la denominación de calles con nombres de franquistas. Esta demostración
de la no aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, da pistas claras de la
consideración de los partidos mencionados a las víctimas del genocidio español.
En la
otra orilla del océano, se dieron pasos en la lucha por la justicia,
enjuiciando a genocidas, recuperando 129 identidades que les fueron arrebatadas
durante la dictadura, a menores secuestrados o nacidos en cautiverio, y donde
ahora está radicada la querella argentina por los crímenes del franquismo
amparada en la justicia universal, como en 1996 se hicieran en Madrid, juicios
contra represores argentinos que estaban protegidos por leyes de impunidad.
Quedan
temas pendientes, muchos se entrecruzan, otros se refuerzan… por esto de las
diferencias que nos igualan. Por una parte en ambas orillas, persiste el debate
sobre genocidio, en lo jurídico por incapacidad de los códigos penales que no
recogen condenas, y en lo político, en la ceguera moral de que nadie puede
perdonar por lo sufrido por otra persona, el perdón universal es imposible
porque el genocidio es imperdonable. Como lo es para muchas de las víctimas y
familiares de las víctimas, el uso de los edificios de lo que fueran centros
clandestinos de detención y exterminio, parte del mismo manejo y banalización
del sufrimiento instrumentado partidariamente.
Y en
este devenir del encuentro están por un lado, los que hacen bloque para frenar
una ley reparatoria como lo es en España la de Memoria histórica, y los que la utilizaron en campaña electoral y que una
vez en las instituciones pronto reforzaron a los herederos del franquismo. Y, por otro, en Argentina, desde instancias
judiciales se someten a las directivas negacionistas del gobierno de Macri,
concediendo libertades a genocidas enjuiciados y condenados.
En
ambas situaciones es la impunidad la que se instituye.
Pero en
ambos lados resuena el poema de Primo Levy, porque se sabe que ambos genocidios
sucedieron y porque aún queda que la justicia repare a cada unx de las víctimas
condenando a todos y cada uno de los verdugos y cómplices.
Andrea Benites-Dumont.
Mayo 4, 2018.
__._,_.___
(*) Se trata del proyecto del artista alemán Gunter
Demmig, de poner las stolpersteine
en todos los países que han sufrido los ataques del nazismo, y España es un caso muy concreto
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